Las claves del negocio de multiplicación de semillas | Caso Curimapu

En este artículo hablaremos del caso de la empresa Curimapu. Analizaremos su historia empresarial y de cómo han conseguido crear una empresa de multiplicación de semillas exitosa.

Curimapu hoy es una empresa que produce más de 30 especies y exporta desde Bulnes más de 4 millones de kilos de semillas a cerca de 40 clientes ubicados en países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón y Corea. Trabaja con más de 250 agricultores semilleros cubriendo una extensión de 5 mil hectáreas y es una de las principales empresas multiplicadoras de semillas existente en Chile.

Pero ¿Cómo ha logrado Curimapu hacerse un espacio en la industria de semillas? ¿Cuales son las claves de su éxito?

El Origen de Curimapu

Curimapu fue creada en el año 1996 por un grupo de 12 agricultores de la región de Ñuble, que  se asociaron para buscar otras opciones de cultivo en la zona, distintas a los cultivos tradicionales. Un financiamiento de Corfo les permitió realizar un estudio de mercado y analizar alternativas más rentables en la región. Después de tres meses se dieron cuenta de que una buena opción era la multiplicación de semillas, opción que Eduardo de la Sotta, fundador de Curimapu, le interesó desde que estudiaba en la universidad.

Curimapu comenzó a cultivar semillas en una zona con alta probabilidad de heladas y lluvia, convirtiéndose en la primera empresa en producir semillas en esa zona del país.

Sus primeros contratos de multiplicación de semillas

Salieron a buscar contratos de multiplicación en el extranjero, participando en congresos internacionales. Ahí contactaron a sus primeros clientes y obtuvieron los primeros pedidos de semillas. Fueron alrededor de 150 hectáreas. Comenzaron con semillas de porotos, cultivo donde tenían algo de experiencia.

En esos años la industria semillera cosechaba con tractor, siendo intensiva en mano de obra. A un agricultor le era muy difícil poder sembrar más de 5 hectáreas. En ocasiones los productores se veían afectados por las lluvias y perdían toda la producción. El uso de maquinaria especializada en semillas era escasa. Trajeron máquinas desde Francia para poder hacer la cosecha de porotos, tecnología que no existía en Chile.

La primera planta en Bulnes

Construyeron una primera planta pequeña en Pueblo Seco, un pueblo cercano a Bulnes, donde seleccionaban manualmente la semilla y la exportaban.

El segundo año lograron conseguir más contratos y tuvieron que salir a contratar agricultores que no eran socios de Curimapu. Los contratos consisten en que Curimapu le entrega al agricultor la semilla básica sin costo y un precio al que le comprarán la semilla una vez que la coseche. Pero la labor de multiplicación de semillas no es una tarea fácil.

¿Cómo es un agricultor semillero?

El perfil del agricultor semillero es distinto al agricultor de cultivos tradicionales. La producción de semillas es un rubro más complejo, requiere de mayor dedicación y atención porque en general los períodos de tiempo son muy cortos e intensos en cuanto a labores y al manejo agronómico.

Se necesitan agricultores que vivan en el campo, que estén pendientes día a día de los cultivos, que tengan un mayor nivel tecnológico, usen riego tecnificado, sensores y herramientas de agricultura de precisión para ser más productivos, aspectos que van de la mano con un mayor rendimiento y mejor calidad de la semilla.

La diversificación del negocio

A partir del año 2000 la empresa comienza a ofrecer nuevas semillas como la maravilla y el maíz y en el 2001 adquiere el primer equipo de selección por ojo electrónico. Ese año llegaron a cosechar 700 hectáreas.

En 2004 Curimapu alcanzó 1200 hectáreas y un año después construyeron una nueva planta en el sector de Los Tilos, en la comuna de Bulnes, a pocos kilómetros de su antigua planta.

¿Cómo se evita la contaminación genética?

Una de las particularidades que tiene el negocio de la multiplicación de semillas es que antes de iniciar un ciclo de producción de semillas, se debe verificar la factibilidad de los distintos potreros a sembrar para determinar si son viables para producir una especie de semilla determinada.

Para obtener esta factibilidad se debe conocer que semillas están o fueron sembradas dentro de un área circundante al predio a evaluar, con lo cual se intenta evitar, que las siembras anteriores, actuales o cercanas, puedan producir contaminación genética de la especie de la nueva siembra.

Asociación nacional de productores: ANPROS

Para ello, las empresas productoras se agruparon en una asociación nacional conocida como ANPROS, la cual exige que todas las siembras que se deseen realizar, deben ser registradas en el sistema de esta asociación, para reservar un espacio geográfico para el desarrollo de una especie, con lo cual, se asegura el aislamiento de esta y se evita que una producción sea afectada por la dispersión del polen de otra producción cercana.

La reorganización de la empresa en 2007 y 2010

Curimapu tenía muchos cultivos como poroto, maravilla y maíz, que son semillas grandes. Conjuntamente empiezan a producir semillas de hortalizas, como zapallo, repollo o  calabaza.

Para organizar sus negocios Curimapu crea en 2007 Curimapu Export, empresa que sigue con el rubro de la multiplicación y selección de semillas grandes y en 2010 crea Curimapu Vegetable con el fin de poder abarcar el negocio de la multiplicación de semillas de hortalizas.

¿Qué factores inciden en la demanda de semillas?

Son diversos los factores que inciden en el nivel de demanda de semillas. Es un negocio de contra estación, y la demanda que llega es tardía. Tienen que esperar los resultados de la cosecha del hemisferio norte y recién ahí se estima la necesidad de semillas de contra estación. También influyen factores como la investigación y desarrollo de la industria en el hemisferio norte, problemas de carácter climático y desarrollo de nuevas variedades.

El negocio de la semilla para Chile es básicamente de multiplicación y tiene dos modelos. El primero es cuando las empresas multinacionales buscan desarrollar nuevas líneas de semillas, para lo cual los genetistas se demoran diez generaciones de plantas.

Al utilizar el hemisferio Sur pueden hacer dos temporadas en un año, por lo tanto el ciclo se acorta a cinco años. Otro modelo del negocio es la multiplicación de semillas para aumentar la cantidad de semillas a vender.

¿Dónde se exportan las semillas producidas en Chile?

Las exportaciones totales de Chile en 2019 alcanzaron los 360 millones de dólares con 44.512 toneladas y cerca de 250.000 hectáreas cultivadas. El destino principal de las exportaciones de semillas es Estados Unidos, Holanda, Japón y Francia.

Casi la totalidad de estas semillas  son exportadas para ser sembradas y producir alimentos en otros países. La producción de semillas para autoconsumo en Chile demanda solo una pequeña fracción de esta enorme industria.

Maquinaria especializada para semillas

Curimapu es hoy un actor clave, con más de 40 clientes extranjeros. La producción de semillas es un trabajo que realiza en la actualidad en conjunto con más de 250 agricultores semilleros que trabajan año a año con la empresa y con más de 5 mil hectáreas distribuidas principalmente en Ñuble.

Hoy Curimapu cuenta con maquinaria especializada para cada una de las etapas del proceso desde la siembra hasta la selección de la semilla. Este aspecto fue fundamental para lograr que los agricultores se interesen y aumentaran sus volúmenes de producción.

Hoy el gran desafió es aumentar el uso de la tecnología. En 2018 se hizo en Chile la primera cosecha mecanizada del mundo de semillas de repollo, coliflor y brócoli, y en la temporada del 2019 se implementó la primera siembra de precisión del mundo en semillas de hortalizas, con maquinaria especializada.

¿Qué ventajas competitivas tiene Chile?

Gracias a sus condiciones de clima, suelo, sanidad y de conocimiento y experiencia de sus agricultores , Chile se ha transformado en un país líder en la exportación de semillas a nivel mundial. Es el primer exportador del hemisferio sur y el cuarto a nivel mundial en semillas de hortalizas. Las semillas son el tercer producto exportado proveniente de la agricultura después de las frutas y el vino.

Las 3 principales lecciones del caso

Muy bien. Ahora vamos a repasar las 3 lecciones principales de este caso. La lección número uno es que uno de los elementos fundamentales para el crecimiento de Curimapu fue la tecnificación.  Desde su creación fueron incorporando maquinaria especializada, tanto para la siembra, fumigación, cosecha y selección.

En 2005 Curimapu creó la filial Curiagro, dedicada específicamente a esta función. Con ello, se fueron mejorando continuamente los rendimientos, la eficiencia y la rentabilidad para los agricultores.

La lección número dos es la importancia de la diversificación. De solo reproducir semillas de porotos pasaron rápidamente a ampliar su oferta a más de 30 especies. Esta diversificación les permitió crecer en otras semillas como la canola, hortalizas o maravilla, por lo que sus volúmenes de producción se han mantenido relativamente estables frente a cambios en la demanda de algunos cultivos. Esta estrategia también les permitió seguir extendiéndose a nuevos agricultores con mayores alternativas de producción.

La tercera lección son las barreras de entrada al negocio. Curimapu aprovechó las condiciones de clima especialmente favorables para la producción de algunas semillas, la fortaleza fitosanitaria existente en el país, el nivel elevado de tecnificación de los agricultores de la zona y la producción en contra estación, todos ellos factores que han sido claves para poder competir en el mercado.

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