🌾 El arroz más austral del mundo

En Ñiquén, Región de Ñuble, se está desarrollando un hito para la agricultura latinoamericana: el cultivo de arroz más austral del mundo, con 50% menos uso de agua y sin emisiones de metano.

Este avance, liderado por el INIA e IICA, no es solo simbólico: es una respuesta concreta al cambio climático y a la escasez hídrica, con potencial de ser replicada en otros cultivos y regiones del país.

¿Por qué importa el arroz?

El arroz es el alimento más consumido del mundo. Según la FAO, 545 millones de toneladas se sembrarán solo en esta temporada 2024–2025.

Tradicionalmente, su cultivo requiere anegar los campos, lo que implica un altísimo uso de agua y genera emisiones de metano, responsables de casi el 10% de las emisiones globales de este gas de efecto invernadero.

En un país como Chile, donde la disponibilidad hídrica es crítica, este sistema se vuelve insostenible. Pero desde la Región de Ñuble, una investigadora lidera una transformación profunda.

La historia de Karla Cordero: 20 años para cambiar una tradición

La ingeniera agrónoma Karla Cordero, investigadora del INIA Quilamapu, ha trabajado durante casi dos décadas en una idea disruptiva: cultivar arroz sin inundación permanente.

Inspirada por las prolongadas sequías del país, adaptó una técnica llamada Sistema de Intensificación del Arroz (SRI) y desarrolló, junto a su equipo, una variedad capaz de prosperar en condiciones antes impensadas.

El arroz JASP: una variedad adaptada

La nueva variedad, bautizada como JASP, ha sido desarrollada en los laboratorios del INIA. No es un transgénico, sino el resultado del cruce entre una semilla chilena y otra de origen ruso, seleccionada por su capacidad de adaptación a climas extremos.

Tras casi 20 años de experimentos en laboratorio y campo, JASP no solo demostró buenos rendimientos, sino que también representa un cambio de paradigma.

Un sistema productivo rediseñado

El sistema productivo también cambió por completo:

• No requiere inundación: se riega de forma intermitente, cada 8–12 días.

• Se siembra en hileras, como el maíz, lo que facilita la aireación del suelo.

• Se integra rotación de cultivos, mejorando la salud del sistema y reduciendo enfermedades.

¿Es esta técnica completamente nueva?

El uso de riego intermitente en arroz ya ha sido explorado en países como India, China, Brasil y Madagascar bajo sistemas como el SRI (Sistema de Intensificación del Arroz).

Lo que hace innovador al caso chileno no es solo la técnica, sino su adaptación exitosa a condiciones extremas de latitud, clima y cultura agrícola, donde históricamente el arroz solo era posible bajo anegamiento.

Este avance representa un rediseño completo del sistema productivo local, con genética mejorada, cambio en prácticas de manejo, validación agronómica y proyección comercial.

La experiencia chilena fue recientemente presentada en el evento EO for Agriculture Under Pressure 2024, en Frascati, Italia, donde se destacó como ejemplo de innovación local con potencial global.

El sistema ya está siendo evaluado como modelo de mitigación climática y seguridad alimentaria, no solo en Chile sino en otros países de América Latina donde INIA y IICA colaboran: Brasil, Ecuador, Uruguay, Panamá y Argentina.

Esta innovación, nacida en los campos de Ñuble, podría transformar la forma en que cultivamos uno de los alimentos más importantes del mundo. Y lo más notable: nació como respuesta a una urgencia local, pero con visión global.

Este correo ha sido preparado por el Equipo de ViLab | www.vilab.cl