🫒 Clima para el cultivo del olivo

El origen del olivo

En el planeta existen cerca de 11 millones de hectáreas de olivos plantadas.

Se cultiva desde hace al menos 6000 años y es originario del Asia Menor, desde donde se extendió a la cuenca del mediterráneo, entre los años 3000 y 4000 antes de cristo.

Los españoles lo trajeron en 1492 y se mezcló con la flora y fauna nativa. Los primeros olivos llegaron desde Sevilla al Caribe y más tarde se propagaron al resto del continente. En 1560, ya había plantaciones de olivos en México, y luego llegaron a Perú, California, Argentina y Chile.

Los países productores

El mayor productor mundial de aceite de oliva es España, con casi la mitad de la producción mundial. Le siguen países de la cuenca mediterránea como Italia, Grecia, Túnez, Marruecos y Portugal. Estos países representan en su conjunto cerca del 80% de la producción mundial.

Sus inicios en Chile

Las plantaciones comerciales de olivos en Chile comenzaron en 1952, con José Canepa Vacarezza. Algunas pequeñas empresas también siguieron su ejemplo, pero su cultivo se mantuvo concentrada solo en las zonas de Sagrada Familia, Limarí y Huasco. Fue recién a fines de los años 90, con el impulso de Elvio Olave cuando se dio paso a mayores inversiones, incorporación de modernas tecnologías y a las primeras exportaciones.

Crecimiento de las plantaciones

Desde el año 2010 al 2019 las plantaciones de olivos tuvieron un gran crecimiento llegando a las 25000 hectáreas y una producción de 18500 toneladas. El 60% de esta producción se destina a exportación, principalmente a Brasil y Estados Unidos. Chile se sitúa hoy en el décimo lugar de los países exportadores de aceite de oliva en el mundo, principalmente en el segmento de aceite extra virgen, el de mayor calidad.

¿Dónde se cultiva el olivo en Chile?

El cultivo comercial del olivo para aceite se realiza desde la región de Atacama hasta la región del Maule.

Principales variedades

La variedad Arbequina, proveniente de España, es la más plantada en Chile. Representa cerca del 60% del total. Le sigue la variedad Arbosana con un 20%, Leccino con un 10%, y el resto son otras variedades como Picual, Koroneiki y Coratina.

Temperaturas adecuadas para el olivo

El olivo es una especie perenne, subtropical, que exige climas templados cálidos. Prefiere temperaturas moderadas entre 10 y 30 grados. Soporta altas temperaturas en verano, de hasta 40 grados, pero el árbol solo trabaja entre los 15 y los 35. Fuera de ese rango su actividad se detiene.
El olivo es resistente a las bajas temperaturas en invierno, durante el período de receso del árbol. Tiene un sistema interno de aclimatación, con cambios metabólicos y bioquímicos, que le permiten adaptarse al frío. De esta forma puede soportar temperaturas de -15 o -19 grados, dependiendo de su estado de salud y de la variedad.

Esta resistencia al frío por aclimatación la comienza a perder cuando en invierno se presentan temperaturas mínimas mayores a los 15 grados por algunos días. Por ello, heladas posteriores a estos eventos pueden provocar daños severos en los olivos.

Durante la floración es la época donde las heladas producen más daño. Temperaturas por debajo de los 0 grados ya producen algunos daños en las yemas, brotes y hojas. Estos daños causan una reducción de la producción, pero sobre todo una reducción de la calidad.

Requerimientos de frío

El olivo necesita una cantidad determinada de frío y esta es la razón por la cual no se pueden cultivar en climas tropicales.

Por ejemplo, la variedad Arbequina, la más plantada en Chile, inicia la acumulación de frío con temperaturas bajo los 7.3 grados y necesita acumular al menos 350 horas de frío para lograr una brotación uniforme. Esta acumulación de frío se anula en un día si la temperatura en invierno ese día supera los 20.7 grados.

Acumulación térmica del olivo

Desde la floración a la madurez necesita 1066 grados días con una temperatura base de crecimiento de 12.5 grados para alcanzar un buen contenido de azúcares en los frutos.

Requerimientos de suelo

Si bien, el olivo tolera muchos tipos de suelos, su productividad aumenta en suelos con texturas francas, franco arenosas y franco arcillosas. Debe tener una profundidad efectiva mínima de 80 centímetros.

El olivo es una de las especies con mayor tolerancia a suelos con alta salinidad, muy comunes en la zona central de chile.

Crece bien en suelos con un pH entre 5.5 y 8.5. Pero prefiere los inferiores a 7.5.

El cultivo del olivo ha sufrido una gran modernización gracias a los avances tecnológicos. Uno de los más destacados es la mecanización de la cosecha. También han evolucionado los sistemas agronómicos de producción en los últimos años a modelos intensivos y superintensivos.