Control de heladas en frutales

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En el artículo de esta semana revisaremos el daño que provocan las heladas en los frutales. Veremos por qué y cuándo ocurren, y las estrategias para su prevención y control.

La sensibilidad de las especies frutales frente las heladas

La sensibilidad frente a bajas temperaturas varía según la especie, la variedad y estado fenológico de las plantas. Las especies subtropicales, como los paltos y cítricos, muestran baja tolerancia, especialmente sus frutos.

Las plantas de hoja caduca, como los cerezos o las vides, son más resistentes en el invierno, pero pierden rápidamente su resistencia una vez que brotan.

Además, las heladas pueden causar daños en diferentes tejidos de las plantas, como en las yemas y las flores.

En algunos árboles de hoja caduca como los cerezos, los ciruelos y los duraznos primero se expone la flor y después el follaje. Dentro de la flor lo más sensible es el ovario, por lo que para poder determinar el daño de una helada durante floración debemos abrir las flores haciendo un corte para revisar su parte interior, debido a que el daño muchas veces no es visible.

En el caso de las manzanas se produce un daño imperceptible a la vista pero a medida que empieza a crecer el fruto , empezamos a ver anillos.

En la literatura existen tablas que se construyeron a través de estudios para determinar la sensibilidad de las distintas variedades en distintos estados fenológicos. Estos estudios se realizan en congeladores donde se exponen los tejidos hasta una determinada temperatura y después se evalúa cuánto del tejido se murió.

¿Por qué y cuándo ocurren las heladas?

En un día cualquiera, al salir el sol empieza a ingresar radiación solar a la tierra y la temperatura comienza lentamente a subir. Una vez que se pone el sol, la radiación comienza a ser negativa, es decir, hay pérdida de calor y de radiación de la tierra hacia la atmósfera.

La temperatura normalmente, como se ilustra en la siguiente figura, va desplazada respecto de la radiación, siempre la temperatura máxima del día se produce posterior al mediodía.

Durante la noche, se empieza a enfriar el aire y sistema completo empieza a perder temperatura.

Hay dos fenómenos atmosféricos que puede generar heladas:

1. Las masas polares que son de enormes extensiones. Son poco frecuentes pero son las más dañinas.

2. La inversión térmica que es un fenómeno atmosférico más frecuente en el que la temperatura aumenta en lugar de disminuir con la altitud. Normalmente, la temperatura disminuye a medida que ascendemos en la atmósfera, pero durante una inversión térmica ocurre lo contrario.

La inversión térmica ocurre con mayor frecuencia durante las noches despejadas y sin viento, cuando la radiación de calor desde la superficie terrestre se pierde rápidamente y el aire en contacto con el suelo se enfría.

Como resultado, el aire más cercano al suelo se vuelve más frío y denso, y tiende a quedarse cerca del suelo en lugar de mezclarse con el aire más cálido en altitudes superiores.

Cuando la noche está nublada parte de la energía que se pierde hacia la atmósfera va a ser devuelta hacia la suelo, por lo que es más difícil que se produzca una helada.

Después de una lluvia se producen masas de aire más cálidas debido a la evaporación del agua y la liberación de calor latente. Cuando este fenómeno además se combina con una inversión térmica, se generan las condiciones propicias para una helada.

Técnicas para prevención y control de heladas

Existen diferentes técnicas de prevención y control de heladas, que se clasifican en pasivas y activas.

Las actividades pasivas son actividades que uno puede realizar antes de la helada:

• Plantación en laderas de cerros. Si uno va a hacer una plantación de una especie muy sensible como el palto ‘Hass’ es muy común ver en Chile el uso de las laderas de los cerros con exposición norte. En estos lugares durante la noche sucede un fenómeno meteorológico conocido como “Deriva Catabática” en el que el aire frío desciende por la pendiente o ladera, similar a como circularía el agua de un río.

• Contratar un estudio agroclimático. Hoy en día hay empresas, como la nuestra, que se dedican a la modelación del clima y usan imágenes satelitales y datos climáticos históricos para desarrollar mapas de heladas de un huerto. Estos estudios también sirven para determinar los lugares por donde ingresan las masas de aire frío y ayudan a definir una estrategia de control.

• Drenaje del aire frío. Otra actividad preventiva posible de realizar en algunos casos es eliminar obstáculos, hacer nivelaciones para desviar el aire frío al drenaje natural del terreno evitando que lleguen a la plantación.

• Retrasar la floración. Hay estudios para algunas especies que utilizan aspersores como enfriamiento durante los días cálidos para retrasar la floración o la aplicación de productos químicos para aumentar la resistencia de las plantas.

• Utilizar cobertores. Cobertores de plásticos claros o los techos que se utilizan en cerezos para las lluvias pueden proporcionar hasta 2°C de protección.

• Manejo del suelo y aplicar riego. Evitar las coberturas vegetales entre las hileras de los frutales o vides y mantener el suelo húmedo. Un suelo desnudo, firme y húmedo durante el día absorbe más energía del sol, que luego libera durante la noche, proporcionando entre 2°C a 4°C más de protección.

Ahora veremos las actividades activas, que son las que podemos hacer durante la helada:

• Calefactores. Uno de los métodos más antiguos para proteger los cultivos son las estufas o calefactores. Generan calor por radiación a través del tubo. Ese calor sube, se enfría y comienza a bajar como se ilustra en la siguiente figura:

Si usamos un calefactor muy grande el calor se elevará demasiado y se perderá porque no regresará al suelo. Por esta razón se necesitan muchos calefactores pequeños, aproximadamente 100 calefactores por hectárea. El consumo de combustible también es alto, de entre 133 y 265 litros x hectárea x hora.

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• Calefactor portátil. Hay disponible en el mercado calefactores portátiles que utilizan tanques de propano para suministrar el combustible al calefactor, que va montada en la parte trasera del tractor.

  Algunos especialistas han medido la efectividad de estos calentadores portátiles y muestran un efecto muy pequeño en las temperaturas mínimas.

• Máquinas de viento. Estas máquinas tienen una altura estándar de 10 a 11 metros del suelo y en general cubren un área de entre 4 a 5 hectáreas. Funcionan corrigiendo la inversión térmica, que es la diferencia entre la temperatura medida a 15 metros respecto a la del suelo.

• Aspersión de agua. En términos de costos de energía es uno de los métodos más barato. Sin embargo, para que sea efectivo el suministro de agua debe ser contínuo y se debe entregar a partir del momento en que la temperatura esté cercana a la temperatura de congelamiento para generar hielo líquido.

  En la medida que la temperatura ambiental disminuye los caudales deben ir aumentando lo que puede generar una enorme demanda y caudal de agua.

Finalmente es importante tener en cuenta que cada método de protección tiene sus ventajas y limitaciones, y su efectividad depende de factores como las condiciones climáticas locales, la topografía del terreno y el tipo de cultivo.

Por lo tanto, es necesario evaluar cuidadosamente cada huerto en particular y considerar la combinación de diferentes enfoques pasivos y activos para lograr la mejor protección contra las heladas.

Si quieres profundizar algunos de estos temas, te dejamos aquí el documento de la FAO que se utilizó como base para elaborar este artículo: https://www.fao.org/3/y7223s/y7223s00.htm

Este articulo ha sido preparado por el Equipo de ViLab | www.vilab.cl