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🚀 El monitoreo satelital entra en una nueva era

Cómo la resolución de 1 metro redefine la agricultura de precisión.

Imagina detectar una falla de riego y ver su efecto en las plantas menos de una hora después.
Ese será el poder del monitoreo satelital de 1 metro de resolución, una tecnología que está a punto de transformar la agricultura digital.

Durante la última década, el monitoreo satelital cambió por completo la forma en que observamos los cultivos.

Pasamos de depender de imágenes esporádicas o vuelos con dron a recibir datos diarios de cada campo, capaces de mostrar variaciones de vigor, nutrición o uniformidad de riego.

Hasta ahora, la resolución típica —como la de los satélites de Planet (3 m/píxel)— ha sido suficiente para analizar sectores y subzonas.

Pero la industria se prepara para un nuevo salto: imágenes de 1 metro de resolución casi diaria, con procesamiento en tiempo real gracias a inteligencia artificial en órbita.

En ViLab hemos integrado el monitoreo satelital como una herramienta de diagnóstico agronómico desde hace años, y este salto tecnológico nos permitirá llevar esa precisión al nivel de árbol.

Más allá del nombre del satélite (Owl, en este caso), el cambio representa una transformación mayor: la posibilidad de que cada decisión agronómica se tome con información casi a escala de árbol.

Planet planea su primera misión de prueba para 2026.

🛰️ ¿Qué cambia realmente con 1 metro?

Cuando cada píxel equivale a un metro cuadrado, el satélite deja de ver “sectores” y empieza a ver patrones dentro de las hileras.

Ese nivel de detalle abre una nueva categoría de análisis:

  • Identificar árboles debilitados o con menor vigor dentro del mismo bloque.

  • Poder analizar las variedades polinizantes en forma separada.

  • Evaluar sombras, podas o diferencias de densidad entre hileras.

  • Detectar efectos localizados de riego, fertilización o heladas.

🧩 Según la experiencia acumulada por ViLab en más de 90.000 hectáreas monitoreadas, con 3 metros de resolución un píxel suele mezclar la señal de varios árboles.
Con 1 metro, cada píxel puede representar una sola unidad viva, con su propio comportamiento, mejorando la precisión de los índices NDVI y NDRE en frutales y cultivos

🌈 Un breve repaso: cómo “ven” los satélites

Cada sensor capta la radiación reflejada por la superficie en distintas bandas del espectro electromagnético (azul, verde, rojo, infrarrojo cercano, red edge, etc.).

A diferencia de las imágenes visuales tradicionales, los satélites multiespectrales captan información invisible al ojo humano, clave para entender el estado fisiológico del cultivo.


Estas bandas permiten estimar el estado de la vegetación a través de índices de vegetación como:

  • NDVI (Normalized Difference Vegetation Index): mide vigor o biomasa verde.

  • NDRE (Normalized Difference Red Edge): refleja el contenido de clorofila, estrechamente ligado al nitrógeno.

📊 Una mayor resolución no solo mejora la nitidez visual, sino también la calidad estadística de estos índices, al disminuir la mezcla de suelo y vegetación en cada píxel.

🤖 Inteligencia artificial en órbita

La nueva generación de satélites —como Owl— incorporará procesadores NVIDIA que ejecutarán modelos de IA directamente a bordo.

Esto significa que el satélite podrá analizar la imagen mientras la captura, detectando cambios o eventos antes de enviarla a la Tierra.

💡 AI at the edge significa procesar los datos en el lugar donde se generan, reduciendo la latencia.
En la práctica, una alerta podría llegar minutos después de ocurrido el evento, no días.

En agricultura, esto se traducirá en detección casi instantánea de estrés hídrico, déficit nutricional o daños por heladas, sin depender de procesamiento en tierra.

🚜 Del dron al diagnóstico satelital inteligente

Hasta ahora, el flujo más habitual en el servicio de monitoreo satelital que ofrece ViLab ha sido el siguiente:

“Si el satélite detecta una anomalía pedimos un vuelo con dron para verificarla.”

Este método ha sido efectivo, pero tiene limitaciones:

  • Los drones dependen de luz solar, viento y disponibilidad.

  • La logística y el procesamiento pueden demorar horas o días.

  • En campos extensos, no siempre es viable cubrir todo con alta frecuencia.

Con las imágenes de 1 metro y latencia de una hora, el satélite podrá ofrecer un nivel de detalle comparable al del dron, pero sin restricciones de horario ni condiciones de luz.

Además, la IA a bordo permitirá detectar automáticamente patrones anómalos y priorizar zonas críticas.

🚀 Los drones seguirán siendo valiosos, pero pasarán de ser la primera herramienta de diagnóstico a un segundo nivel de validación.

Esta transición marca un cambio fundamental: el monitoreo dejará de depender de ventanas horarias o equipos disponibles, para transformarse en un sistema continuo, autónomo y predictivo.

🧠 Más datos no siempre significa más información

Una imagen de 1 m genera casi nueve veces más datos que una de 3 m.
Esto implica un nuevo desafío: procesar e interpretar volúmenes masivos de información sin perder foco agronómico.

Por eso, la próxima frontera no será captar más imágenes, sino convertirlas en decisiones.
ViLab ya trabaja en modelos de detección automática de anomalías, estimación de rendimiento y uniformidad de riego, diseñados para aprovechar este tipo de datos de alta resolución.

🔭 ¿Por qué aún no podemos mapear todo el planeta a 1 metro?

Aunque suena tentador imaginar un mapa global diario a 1 m de resolución, hoy no es técnica ni económicamente viable. Existen varias razones:

  1. Resolución vs cobertura:
    Cuanto mayor la resolución, menor la franja de terreno (“swath”) que cada satélite puede capturar por pasada.

  2. Lograr 1 metro diario en todo el planeta requeriría miles de satélites de observación óptica, mucho más complejos y costosos que los de comunicaciones.

  3. ¿Y por qué no como Starlink?
    Es cierto que Starlink tiene más de 6 000 satélites, pero su misión es transmitir datos, no capturar imágenes.

    Los satélites de comunicaciones son pequeños, apuntan hacia la Tierra de forma fija y no necesitan cámaras, telescopios ni sistemas ópticos de precisión.

    En cambio, un satélite de observación requiere ópticas grandes, estabilización milimétrica, sensores multiespectrales y altas velocidades de descarga, lo que multiplica su peso, costo y complejidad.

  4. Volumen de datos:
    Una sola imagen de 1 metro genera entre 5 y 10 veces más información que una de 3 metros.
    Transmitir, almacenar y procesar ese flujo global diario implicaría un consumo de ancho de banda y energía monumental.

  5. Costo y modelo de negocio:
    Cubrir todo el planeta a 1 metro sería posible… pero no rentable.
    Por eso, las misiones actuales se enfocan en áreas de interés específicas (AOI), donde el valor de la información justifica la inversión.

En resumen: la tecnología ya permite ver con ese nivel de detalle,
pero el desafío está en hacerlo de forma rentable, global y continua.

🌍 El futuro que se aproxima

En los próximos años veremos cómo el monitoreo agrícola evoluciona desde:

“mapas semanales de vigor”
hacia
“alertas inteligentes casi en tiempo real”.

Cada evento climático, cada riego o cada variación nutricional podrá ser registrado con una precisión sin precedentes.

El salto a 1 metro no se trata solo de ver mejor los cultivos, sino de entenderlos más rápido y con mayor contexto.

🔭 Lo que viene

En ViLab ya estamos preparando nuestras plataformas para esta nueva generación de imágenes.

El objetivo: integrar modelos de IA y monitoreo de alta resolución que conviertan la observación satelital en acción agronómica inmediata.

La agricultura digital no está cambiando: está acelerando.

Y la resolución de 1 metro marcará el inicio de una era donde los mapas ya no serán solo diagnósticos, sino instrumentos de decisión diaria.

En ViLab seguimos de cerca estos avances para que nuestros clientes puedan aprovecharlos antes que nadie.

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